sábado, 24 de noviembre de 2007

Caída de la Inversión Minera

Hechos:

En el año 2002 nuestro país se encontraba en el puesto 15, en el año 2006 fuimos calificados en el puesto 52 del Ranking de inversión minera.

El Perú tiene un amplio atractivo geológico con políticas mineras negativas es la conclusión; de manera que, en este rubro caímos del puesto 6 al puesto 41, siendo Argentina, Brasil y México, más atractivos que el Perú respecto a la inversión vs. Potencial.

Causas:

· Uno de los temas más trascendentes es la incertidumbre acerca de reclamos de tierras de las comunidades nativas y de qué estas áreas naturales son consideradas protegidas.
· Ausencia de una clara política de ordenamiento territorial; seguridad, duplicidad de normas e inconsistencias regulatorias en el sector minería.
· Régimen tributario diverso.
· Regulación ambiental poco clara y alejado sistema de control.
· Infraestructura, regulación laboral y acuerdos laborales diversos y desiguales.
· Estabilidad política minera discutida.
· Acuerdos socio-económicos con las comunidades ambiguos.
· Base de datos geológica desfasada.
· Incertidumbre acerca de la administración de los recursos del canon.
· Interpretación y aplicación de la regulación minera actual diversa.
· Percepción que tienen las comunidades de que son saqueados y que se les expropia de su natural riqueza.
· Acción de Caviares, trasnochados analistas políticos
Para colmo desde la otra orilla se crítica las acciones de política de redistribución de la riqueza, mediante las que se podría capitalizar a los comuneros directamente impactados por la minería, haciéndoles partícipes de los recursos de canon, dinero que debería ser destinado a actividades sostenibles.
· Presidentes regionales
Solo miran el árbol y no el bosque minero que trae canon; hoy algunos disfrutan de él, unos lo usan bien y otros no lo saben usar, unos lo tienen y otros lo desean , unos piden participación y otros no quieren ser solidarios, ocasionando este proceso envidia y desigualdad; se contraponen a las expectativas del trabajador minero, al reparto de remanentes coherentes, o de reparto directo de utilidades en las zonas de producción o en su defecto crean climas a favor de soliviantar las poblaciones contra la empresa minera.
· Instituciones, como algunas ONGs
Que pregonan su adhesión al libre mercado, en este caso no asumen el paso a la modernidad proponiendo restituir la propiedad del subsuelo a quienes detentan la propiedad del suelo.
· Inmovilismo político
Las modernas movilidades, los grandes sueldos que se pagan a pocos, las utilidades
repartidas inequitativamente, los contratos con los "services" que subvalúan la mano de obra en la mina, la generación de empleo favorecida para los foráneos, y que discrimina al comunero, al cual solo se le toma en cuenta como mano de obra no calificada; son esencialmente parte importante que contribuye al problema minero.

Repercusión

La caída de la inversión minera, o dicho en otras palabras el ahuyentar la inversión minera por alguna de las causas ya expresadas, se traducirá en una amplia gama de efectos nocivos en nuestra economía, aumentando la susceptibilidad a las externalidades, alterando la paz social, interfiriendo gravemente en la salud laboral-empleo, promotor de efervescencia política, impedirá que aprovechemos el boom minero al restarle sostenibilidad en el tiempo, agotamiento del canon minero como colorario, en fin, expectativas truncas de toda la población que podrían dar pase a un radicalismo malsano y sin horizonte.

Expresar explicativamente la cascada de eventos que desencadenaría la baja de inversión minera resultaría muy largo para este pequeño comentario; por ello solo tengo que decir que aun es tiempo para corregir y tratar de revertir este indicador de bienestar nacional examinando y dando soluciones coherentes a las causas descritas. Por otro lado de lo inferido se desprende que el blanco del problema minero también son los actores implicados, a los cuales se les debe convocar para buscar las soluciones o en su defecto sustituirlos para reenfocar las nuevas políticas mineras.


Dr. Jorge Ramal N.