jueves, 5 de marzo de 2009

Más respeto por el policia jubilado

Se dice que a la policía se la respeta, pero cuando dejan de serlo ¿se les sigue respetando?... Esa es la gran pregunta y, al parecer, no se le respeta y lo que se hace con ellos cuando se jubilan, es convertirlos en víctimas del maltrato humillante que el Estado, a través del Ministerio del Interior, a los que alguna vez vistieron los uniformes de esa institución digna, que el Perú ha tenido a lo largo de su historia republicana.

Pero el Estado en estos últimos años democráticos, se ha ido acostumbrando a prácticamente abandonar a los que alguna vez les sirvieron y fueron productivos en sus épocas de vigor provocada por la juventud de la cual gozaban, y ahora ya con edades avanzadas, los dejan sin el apoyo que se merecen y sobretodo sin brindar ese gesto de agradecimiento que deben tener hacia ellos.

Hoy en día, los jubilados del Perú sea en la rama laboral de la cual se desempeñaron alguna vez, padecen los mismos maltratos e injusticias salariales y de salud, que perjudican no sólo al ex trabajador, sino también a sus familias.

En este caso, hablaremos específicamente de los ex policías que durante muchos años trabajaron para salvaguardar nuestras vidas como civiles en la sociedad y hacer que el orden, las leyes y la justicia se cumplan en las calles a cabalidad.

Así es señores, ustedes dirán ¿ellos también?, pues si, ellos también son víctimas del Estado. Recordemos que los maltratos vienen desde tiempos de la policía montada hasta la actualidad. Pero para no ir muy atrás, en los años 90 (gobierno de Fujimori), se establece un Decreto Supremo 213-90 EF donde se indicaba una serie de beneficios para los policías en actividad y en retiro.

Sin embargo, dicho DS fue perjudicial y los más afectados son justamente los jubilados, quienes reclaman un concepto por “Calificación” que se ha congelado en una cifra irrisoria que prácticamente no les alcanza para nada. Por otro lado, las atenciones médicas que ellos necesitan deben mejorar, porque lamentablemente los hospitales policiales son una calamidad y están mal organizados por parte de sus dirigentes.

Y para qué decirlo, es lo mismo de siempre, es decir, una vergüenza lo que se hace por parte de los altos mandos del Estado, al abusar de los más indefensos y no encontrar solución a sus reclamos que de por sí, son justos. Además de ello, no se puede desmerecer y a la vez desproteger a aquellos que trabajaron con honor y lealtad para el Perú.

De esta manera, se espera que al menos con estas líneas, se haya invocado a la razón y que la conciencia de los encargados de llevar las riendas de este sector se despierten y que de una vez se ponga ese grano de respeto que merecen los jubilados policiales y de las fuerzas armadas, porque deben de darse cuenta que ustedes también llegaran a esa etapa de la vida y no sería justo que les paguen con la misma moneda las generaciones venideras.

Y ustedes, amigos lectores, dirán y éste por qué habla o escribe de un momento a otro sobre este tema, pues simple, veo a mi padre un ex Comandante de Policía de Investigaciones del Perú, reclamando un derecho, el cual se lo niegan sin motivo y sin razón alguna. Hoy ya anciano no deja de pelear ese derecho, pero ya las fuerzas se le están yendo y la paciencia también.

Guillermo Tejada Dapuetto